domingo, 3 de octubre de 2010

De todo, absolutamente de todo, se saca algo positivo. Nunca debes sentirte completamente consumido, porque siempre vas a tener algo por lo que luchar y algo por lo que sacar una sonrisa.
Cuando una etapa acaba, comienza otra nueva. No tienes porque olvidar las pasadas, simplemente te puedes quedar con las cosas buenas. Y eso hago, quedarme con todo lo bueno. He decidido guardarme solo los buenos momentos.

Aquella casualidad por la que nos cruzamos. Las primeras miradas. Los primeros gestos, palabras y conversaciones. Los primeros encuentros. A primeras horas. Las primeras fiestas. Y las primeras cenas. Las fiestas que le siguieron. Las cenas más tardías, y hasta las últimas. Las sonrisas de complicidad, con la incertidumbre del qué pasará. Esas llamadas que nos sacaban sonrisas, los mensajes, los comentarios y otra vez las conversaciones tan largas. Las cosas más insignificantes, con las fotos más frikis. Los días tensos, los tira y afloja continuos, los encuentros inesperados, pero que tanto gustaban. Las personas en común. Mi cosquilleo, tu no sé qué. Tus palabras, mis textos. Nuestros detalles, la cajita con tus cosas.

1 comentario:

  1. Enhorabuena por tu estilo, me quedo leyendo r aquí... Ah, una observación: las Casualidades NO existen

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