De todo, absolutamente de todo, se saca algo positivo. Nunca debes sentirte completamente consumido, porque siempre vas a tener algo por lo que luchar y algo por lo que sacar una sonrisa.
Cuando una etapa acaba, comienza otra nueva. No tienes porque olvidar las pasadas, simplemente te puedes quedar con las cosas buenas. Y eso hago, quedarme con todo lo bueno. He decidido guardarme solo los buenos momentos.
Aquella casualidad por la que nos cruzamos. Las primeras miradas. Los primeros gestos, palabras y conversaciones. Los primeros encuentros. A primeras horas. Las primeras fiestas. Y las primeras cenas. Las fiestas que le siguieron. Las cenas más tardías, y hasta las últimas. Las sonrisas de complicidad, con la incertidumbre del qué pasará. Esas llamadas que nos sacaban sonrisas, los mensajes, los comentarios y otra vez las conversaciones tan largas. Las cosas más insignificantes, con las fotos más frikis. Los días tensos, los tira y afloja continuos, los encuentros inesperados, pero que tanto gustaban. Las personas en común. Mi cosquilleo, tu no sé qué. Tus palabras, mis textos. Nuestros detalles, la cajita con tus cosas.
Enhorabuena por tu estilo, me quedo leyendo r aquí... Ah, una observación: las Casualidades NO existen
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