miércoles, 13 de octubre de 2010

autunno benvenuto

Es esa época que tanto me gusta. Me encanta salir de casa con el frío a flor de piel, con el nosequé de quererme quedar en la cama con las sábanas y las colchas envolviéndome. Y con la punta de la nariz casi como en diciembre. Los tonos marrones, las hojas secas y las primeras lluvias fuertes. Los primeros paraguas cargados de odio, de amor, de ira, de furia, incluso de felicidad los más afortunados, pero siempre, repito, siempre, sosteniendo cientos de pequeñas -o grandes- gotitas de agua que nos salvarán de la rutina calurosa de la que nos desprendemos.
... Y sentir las primeras rachas de frío en las manos, en los pies, en las orejas, en los dedos, en la nariz... hasta en las pestañas. Y vestir las primeras botas, con los primeros abrigos, y los primeros fulares. Las fotografías llenas de temperaturas tirando a bajas, y algún que otro viento fresco de la mañana.

Y otro año más, aquí está el otoño.

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