martes, 23 de octubre de 2012

comounvinilo

El problema es que le diría una y mil veces que me vuelva a tocar esa canción con la guitarra,
que cierre los ojos para verle la cara de ángel,
y que los vuelva a abrir y marque esa sonrisa de niño travieso.

El problema es que soy adicta a su forma de vestir.
Y a la forma en la que me coge de la cabeza y me marca un beso en la frente.

Que contaría el número de pasos que da hasta llegar a mi lado.
El problema es que me gusta rebobinar en mi cabeza, 
pausar la imagen y volver a darle al play. 
Pero el verdadero problema de todo esto
es que no paro de hacerlo ni aunque la cinta esté rayada. 

sábado, 11 de agosto de 2012

D:

Pues sí, has roto todos mis esquemas.

FIB & Arenal Sound 2012.

No puedo pasar por alto estos dos grandes momentazos de este verano. Dos festivales como la copa de un pino. Dejando aparte la -muy- mala organización del Arenal Sound (que puede ser comprensible por la corta edad del festival en cuestión), he de decir que han sido una pasada ambos. Destacando a New Order, The Vaccines, The Maccabees, Bob Dylan, Noel Gallagher's, The New Raemon, Totally Enormous Extinct Dinosaurs, David Guetta o Miles Kane para el FIB y a grupazos como Two Door Cinema Club, The Wombats, Kaiser Chiefs, Crystal Fighters, Metronomy, Crookers, Lori Meyers, Supersubmarina, Love Of Lesbian, Zombie Kids, The Sounds, The Ting Tings, The Monomes, Corizonas o Mumbai Science, entre muchísimos otros, para el Arenal. 
Creo que con ese cartelazo sobran las palabras.














Weird.

A veces necesitamos pocas cosas para darnos cuenta de quiénes somos de verdad. Tratamos de establecer algún tipo de barrera que pueda servir de defensa ante ataques gratuitos a esa "balsa de amor" que todos llevamos por dentro. Y, de repente, sin poder evitarlo, hacemos X movimiento que hace que se detenga el crecimiento de ésta y su fortaleza. Entonces dejas que te ataque cualquier tipo de "virus" que ni querías ni esperabas.

Y así, señores, es cómo nos volvemos vulnerables ante cualquier situación que escape los límites de nuestro control, por simple que -sea- parezca. Y es que parece ser que después de quemarnos durante un tiempo pueden pasar dos cosas: o nos volvemos mucho más sensibles y podemos caer fácilmente en redes que no queremos caer o, todo lo contrario, que nos convirtamos en el ser vivo más similar a una piedra sobre la faz de la tierra. Claro que siempre te va a pasar lo que no esperes.

Y aquí estoy yo, escribiendo unas líneas, detrás de la figura humana del primer caso: el ser sensible y vulnerable que no sabe cómo coño ha llegado a ese punto pero que está ahí, y es lo que importa.

Ahora a joderse y a intentar trepar por donde se pueda para salir, o seguir dentro pero entonces hace falta conseguir buena compañía.

- A veces no me entiendo ni yo -

jueves, 19 de julio de 2012

eras

Sólo tenía que coger el móvil, marcar tu número y llamarte. Con la mejor de mis sonrisas o con las peores de mis lágrimas, y tú estabas ahí, para salvarme de lo que pudiera ser. Fue muy rápido todo, quise quererte poco después de conocerte y creí que podía ser una gran amistad. Me enredaba en tus palabras, en tus tonterías y en tu mirada de niño bueno. Pero llegó el día del desengaño. Creo que es peor incluso que algún desengaño amoroso, no sé, de repente no puedo volver a contarte mi día a día, mis historias, las tuyas, ni hablar con tonterías y complicidad. Simplemente se acaba, tal como vino se fue. Y no me dolió, porque para entonces pensé que no merecías mi tiempo si tan poco costó de destruir lo que había. Pero, aunque el tiempo lo cure todo, a veces se levantan tempestades que rompen cicatrices, y vuelven a dejar la carne al descubierto, y ahí estoy yo: con la piel en carne viva. ¿Con posibilidad de regenerar? No lo sé, o eso o cicatrizar, pero espero que pase pronto.