sábado, 27 de noviembre de 2010

con K

Saber que le tengo a ella -día a día- me transmite una paz interior increíble. Sabiendo lo kaótica que es, es capaz de transmitirme el mayor de los equilibrios interiores. Y es que nos hablamos una vez por casualidad, porque tocaba, por destino o vete a saber qué. Y aquí estoy, imprescindiendo de ella. Queriendo tenerla conmigo a cada momento, a mi lado.
Y pasaría con ella 26 horas al día si las tuviera. Y cada minuto contándole lo que sea. Porque le encanta escuchar, hablar y pillar rollos como la que más. Y a mí, si son con ella, también me gusta pillarlos.
Increíble es la palabra que le puede definir, aunque igual me quedo corta.

Puede ser que pases dieciséis años buscando un alma gemela y que la encuentres por casualidad... Este año me da que he empezado a creer mucho en las casualidades, o quizás destino.

Las cosas sucederán como nunca las habrías pensado

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