Hay pensadores para los que el dolor espiritual no es una simple reacción ante las desgracias que nos ocurren en la vida, sino un rasgo inherente a nuestra existencia. Para algunos de ellos, la vida es ''un valle de lágrimas'' en el que es inútil rebelarse contra el dolor y el sufrimiento.A esta vida venimos a sufrir, porque es lo propio de nuestra condición finita.
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