miércoles, 4 de abril de 2012

Pequeño amor eterno, fotografía

Lo que tienes que cuidar es tu cuerpo, tu alma, tu persona. Tener todo eso en equilibrio. Porque da igual que mueras de rabia, de dolor físico o dolor psicológico, de impotencia, de ira, de tristeza o de melancolía. No va a haber nunca nadie que te pueda levantar tan bien como te vas a levantar tú. Porque vas a conseguir vomitar tus defectos, que son precisamente esos sentimientos, aunque formen parte del ser humano. Y vas a terminar aceptándolos y obviándolos. Pero no esperes que venga nadie a levantarte, porque como mucho van a darte una palmadita en la espalda cuando te levantes. Cuando te levantes tú solo.

Porque al fin y al cabo somos seres egoístas, que hemos nacido solos y moriremos solos. Está claro que en ese camino de "soledad" tienes que tener relaciones y actos sociales en los que debes sentirte acompañado, pero eso es sólo un sentimiento temporal.

Como nada es para siempre no sé si pensar que ese sentimiento de soledad puede desaparecer en cualquier momento. A veces echo de menos estar acompañada, otras echo mucho más de menos estar y sentirme sola, porque se necesita.

Hoy por hoy no creo ni en el amor, ni en el reenamoramiento, ni en las amistades eternas. Sólo creo en mí misma y en las ganas de comerme el mundo que tengo delante de mí y que busca exclusividad. Como nada dura para siempre no sé si estas ganas volarán tan pronto como vinieron o simplemente irán incrementándose.

La verdad es que es uno de esos momentos en que sólo quiero que me acompañe mi cámara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario